Mi hijo se niega a subir al autobús escolar. Harto, seguí al autobús y pillé al conductor haciendo esto

La historia comienza a continuación

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Mi hijo siempre ha sido un poco cauteloso, pero últimamente se negaba en redondo a subir al autobús escolar.

Al principio, pensé que eran los nervios o una fase, pero cuanto más se resistía, más frustrada me sentía.

Así que, una mañana lluviosa, decidí que ya era suficiente y seguí al autobús en mi coche. Estaba decidida a averiguar por qué mi normalmente valiente hijo estaba tan asustado.

Lo que vi aquel día me aceleró el corazón, convirtiendo un trayecto escolar normal y corriente en una revelación impactante.

Espera nerviosa

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Mientras el autobús escolar llegaba a nuestra esquina, me di cuenta de que mi hijo Timmy se mordía el labio y agarraba con fuerza su mochila.

Parecía más un niño nervioso que su optimismo habitual. El autobús se detuvo y él vaciló. Intenté tranquilizarle. "Todo irá bien, cariño.

Estaré aquí", le dije con lo que esperaba que fuera una sonrisa reconfortante. Pero por dentro, me lo estaba cuestionando todo.

Despidiéndose

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Me despedí con la mano mientras Timmy subía de mala gana las escaleras del autobús. Mi sonrisa era forzada y, en cuanto se dio la vuelta, mi mente se llenó de preguntas.

¿Qué le pasaba a Timmy? ¿Le pasaba algo al autobús? Mi instinto me dijo que indagara más, así que decidí seguir al autobús.

Conduciendo detrás de él, esperaba descubrir lo que tanto le preocupaba cada mañana.

Siguiendo el autobús

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Una vez que Timmy estuvo en el autobús, me apresuré a volver a mi coche, aparcando un poco lejos para que el conductor no se diera cuenta de mi presencia.

Cuando el autobús se alejó, arranqué el motor despacio para no levantar sospechas. Mantuve la distancia, mirando a través del parabrisas moteado por la lluvia, decidida a llegar al fondo de la situación.

Lo único que quería era volver a ver a Timmy feliz, imperturbable ante el autobús escolar.

Mañana extraña

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Ir detrás de un autobús escolar resultaba extraño, sobre todo en una mañana tan triste. La lluvia lo nublaba todo, reflejando la confusión que sentía en mi interior.

Sintiéndome un poco como un detective encubierto, me concentré en el modo en que el conductor sorteaba las resbaladizas carreteras.

La forma de conducir, cautelosa, casi antinaturalmente lenta, me pareció extraña. No hacía más que alimentar mi preocupación.

¿Tendría esto algo que ver con que Timmy estuviera tan asustado?